domingo, 22 de marzo de 2009

fauna ibérica: el tocapelotas paellero

Si a todos nos apetece tener puentes: ¿por qué no hay más?. El partido político que incluya más puentes en su programa electoral, habrá dado un paso de gigante en la conquista del poder. Menos prometer tantos millones menos de parados, pues nunca acertáis y más puentes que es muy sencillito de cumplir. Anda, anda, animense.
Siempre suelo empezar mi artículo semanal con las novedades sobre mis novelas, pero es que un "puente" es todo un acontecimiento y hace que por unos días nos olvidemos de las tragedias cotidianas y recuperemos lo esencial de la vida: hablar con la familia, jugar al parchis, saborear una riquísima paella, coger espárragos trigueros por el campo, jugar al mentiroso y dormir despértantote con el canto de los alegres pájarillos (esto último puede sonar muy bucólico pero hay que decir la verdad: puede resultar y de hecho resulta un coñazo, pues el maldito bicho en cuestión es capaz de levantarte a las 7 de la mañana). En fin, que he estado en el campo, en Piedralaves-Avila, en concreto y me ha gustado.

Tuve además la suerte de volver a ver al pelicula de "Placido" de Berlanga, que la pusieron el viernes y tengo que decir que no sé si me río más con esta película o con "les luthiers". Qué peazo de peli y no dudo que la volveré a ver. Pero bueno, hablemos algo de mis novelas:

Continúa recibiendo buenas críticas la novela de Cádiz y sigue vendiéndose. Gracias a la distribución que hace en mano mi editor, pues del orden de 30 novelas se venden al mes. ¿poca cantidad?...bueno, para no tener propaganda creo que no está nada mal. De esta manera nos aproximamos a los 800 ejemplares vendidos y subiendo, y como ya he dicho de aquí a poco la comenzará a distribuir Mares de Libros. Con ello se llega a más posibles lectores pero como es lógico y como el pastel se reparte entre más gente, pues se gana menos. No seré yo el que viva de la literatura.

Y hablando de literatura, hacía bastante tiempo que un libro no me enganchaba, pero ahora he pillado uno: Ladrones de Tinta de Alfonso Mateo-Sagasta. Este tío es un fenómeno y su forma de escribir es genial. Espero que no decaiga la novela según me adentre en ella.

Mi estilo de escribir no se asemeja al del tal Alfonso éste. Simplemente es distinto, y como hoy me apetece darle a la tecla, pues tocaré un tema del que más o menos todos sabemos: el conocido...

TOCAPELOTAS PAELLERO

¡Quien no ha hecho una paella!. En el campo, en casa, en el chalet de unos amigos y en definitiva a lo largo y ancho de la geografía española se vende cantidad de esos botecitos de colorante naranja paellero que me temo que no sabe a nada, pero que es de obligada utilización. Un día lo voy a poner en una tostada y en el desayuno lo voy a mojar en el café, a ver a qué demonios sabe.
Lo de hacer una paella, no surge por generación espontánea, sino que entre todas las causas posibles yo me quedo con las siguientes: puede quedar riquísima, es entretenida y hay tradición paellera entre muchos de nosotros, por lo tanto, es bueno de vez en cuando hacer una paellita.
Tranquilos que no voy a dar mi receta. Seguro que la tuya es o como la mía o incluso mejor, pero si te voy a presentar a un elemento que abunda en casi todas las paellas y que es el ya susodicho tocapelotas paellero, en adelante, TANGO PAPA.

TANGO PAPA generalmente no está relacionado directamente con el que organiza la paella y ni mucho menos con el que la está haciendo. Es decir, no es hermano, cuñado o incluso amigo. TANGO PAPA acude a la paella porque un amigo de un primo que si estaba invitado, había quedado con él y sin decir nada (esto es importante: nunca llaman para avisar de que va uno más a la paella. Como si esto de las paellas fuese como lo de los panes y los peces y hubiese arroz para todos). Lo que si te adelanto es que este individuo...es generalmente del sexo masculino, vamos, que es un tío, de unos 25/50 años y puede o no llevar bigote.

TANGO PAPA da por hecho que todo está comprado, así que amparado en que "no tuvo tiempo" o incluso "crei que los VIPS no abrían los domingos" no compra nada cuando a la paella acude. Se sobreentiende que el que hace una paella atraviesa una bonanza económica estupenda, y que no sólo no le importará que se cuele, sino que encima le hará mucha ilusión conocerle.

El que hace la paella, que puede ser el dueño de la casa o no, se ha pasado 1 hora buscando ramitas, pues no las había, 1 hora haciendo el fuego, pues la leña estaba verde y otra hora equilibrando la paellera, pues curiosamente el aceite se acumulaba descaradamente en una esquina. Es en esos momento cuando TANGO PAPA un tanto cansado de no poder hablar con nadie pues no conoce a ni Blas, pues se acerca al fuego y este detalle es muy importante: nuestro hombre tiene siempre una cerveza en su mano y es que aunque no tiene ni la más remota idea de a que comunidad autónoma le han llevado con el coche, sí sabe desde un primer momento en donde se encuentra el barril donde se depositan las cervezolas, y por supuesto le falta tiempo para hacerse con ellas. Normalmente su primera observación al paellero es la siguiente:

- ¿No está el fuego un poco fuerte?

Los paelleros suelen ser pacientes. Saben que en el habitat de la paella cabe todo tipo de fauna, y pese a que lleva 3 horas preparando todo aquello, que está sudando y que incluso se ha quemado un dedo, se está divirtiendo, así que su respuesta puede ser conciliadora, y sin apenas decir nada, retira unas brasas y con ello el sofrito se frie a un fuego más lento. Se limita a añadir los guisantes.

- Yo hecho los guisantes mucho más tarde. Y en Valencia, en el restaurante "Ponga ponga", que hace las mejores paellas de todo el Levante, lo hacen como yo.

TANGO PAPA una vez que dice esto se calla sin esperar respuesta. No arrima el hombro, osea, no ayuda nada. Simplemente se limita a mirar el fuego, a beber cerveza y a hacer comentarios. Es una máquina de hacer observaciones. Se mueve muy poco. Sólo se desplaza de su lugar para de vez en cuando irse a picar los ganchitos que hay por alguna mesa, y vuelve rapidamente a su sitio. Lo que si es cierto es qeu mira mucho su reloj, como si le tuviesen que dar de comer a una hora determinada y ya estuvieran fuera de hora. Insiste con sus preguntas:

- ¿Sabes si existen cervezas mas frías?

El paellero sigue dando vueltas al sofrito y ya suda. Intenta establecer algún otro tipo de contacto con nuestro personaje, pues yo que sé: el barrio en donde vive en la capital, pero es inútil: en cuanto el otro puede lo machaca:

- ¿No es mejor echar antes el agua y luego el arroz?

Es de hacer notar que el tocapelotas es popular: me explico. Sus observaciones hacen que no esté ya sólo dándole la vara al sufrido paellero, sino que por lo general con sus comentarios hace que del orden de 3 o 4 individuos, (y digo individuos y no individuas porque siempre son tíos), le copien y de esta manera el sufrido paellero llega a finales de la paella a estar acosado no por un tocapelotas, sino por una legión de éstos. Tras 10 observaciones por parte de su público, que insisto se limita a mirar y no coopera en nada, por fin la paella sale en su punto y es entonces cuando nuestro individuo, que curiosamente se ha hecho con uno de los mejores sitios del jardín donde posee silla, mesa y sombra, deja sus posesiones para repetir plato y acercándose al paellero le dice muy serio:

- Está rica, aunque los guisantes un poco duros. Por cierto, ¿sabes si hay algún riojita por algún lado?

--------En agradecimiento a todos los que me han hecho ricas paellitas--------
Santi

4 comentarios:

  1. SINCERAMENTE, ME ALEGRO POR TUS VENTAS Y COMO HAS DICHO LO DE LAS PAELLAS Y ME HE DESCOJONADO DE LA RISA, TE INVITO A UNA. SOLO DIME CUANDO.

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  2. Pues muchas gracias amigo y ya habrá ocasión para tomarnos una paellita.
    un abrazo
    Santi

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  3. Santi, es tal como lo describes jajajajaja

    Hay gente muy "cara dura " por la vida

    Me alegra que vayan bien, las ventas de tus libros

    Un saludo

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  4. Gracias Mari Paz por visitarme.
    Bueno, las ventas de libros no es para echar cohetes pero algo avanza.
    Si, en la vida hay bastantes "tocapelotas". Menos mal que los "normalitos" somos mas.
    Besos
    Santi

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