domingo, 17 de octubre de 2010

Sobre siestas, lagartos y desfiles

Hola a tod@s: al final no fue tan malo el resultado del concurso de novela al que me presenté, y me consta, que de todas las novelas presentadas, hicieron una selección con las 9 mejores, y la mía, "aquel marino que cazaba lagartos" se encontraba entre las mismas. Bueno, a partir de ayer se llamará "el marino que cazaba lagartos"...cuestión de marketing. El caso es que la novelita gustó y si no ganó pues fue que no fue considerada la mejor, pero que conste que gustar: gustó.
Así que ahora comienza toda la parafernalia de presentación, puesta a punto y cabe decir que también con estas cosillas uno se lleva desengaños. Uno pone su mejor postura, sus mejores palabras y su mejor pantalón vaquero, y se encamina a aquellos lugares en donde uno puede presentar su novela, pero...uno no siempre es bienvenido y así con palabras como "lamentamos comunicarle" , "no es habitual en esta librería" , etc, uno se encuentra que no le hacen ni puto caso. Parece como si contar un día con 100 clientes no fuera por todos agradecido. No lo entiendo, pero no me desespero...soy de los que hace quinielas y si el sábado estoy muy ilusionado con los resultados, el domingo me desengaño. Y ya son muchos años haciendo quinielas y agotando mi ilusión, pero ya digo, esto más que hundirme, me da tablas.

Con todo esto quiero decir que no siempre no todo el mundo apoya las inquietudes e ilusiones que uno tenga. Ya sea desde cualquier estamento, como cualquier entidad, como cualquier persona, hay veces que se espera un reconocimiento, un apoyo, pero eso no tiene lugar. No hay que desesperarse, y ya se saldrá por algún lugar. Lo único que cabe decir es "que pena que no estuviste conmigo" y punto.

Si he aprendido algo en la vida, es que si uno de mis conocidos y a ser preferible un amiguete, tiene una ilusión, y esa ilusión no va a hacer daño a nadie, la apoyaré con todos mis medios. Ya he hablado en alguna ocasión que son más de 3 los amiguetes que tengo en el paro, y lo están con 50 años y no saben qué hacer. Bueno, pues resulta que uno ha decidido poner una tienda de azulejos. El mundo del azulejo y yo estamos así como muy distantes. No se pueden comer, no se pueden beber y no son necesarios para dormir la siesta, pero si hay que hacer algo para vender esos azulejos lo haré. Así que te deseo toda la suerte del mundo amigo.

Y de novelas poco más que comentar: os mantendré informados de cuando será la presentación en Madrid de la novela y espero que se venda igual que la novela de "1596: cuando a Cádiz arribaron los ingleses"

Algo relacionado con las novelas tiene que ver el portal Bookcrossing. Esta página web hace una cosa muy graciosa y es que tu "liberas" una novela en algún sitio que a ti te guste como parque, estación, o bien en algunos sitios establecidos con una leyenda standard en la primera página y ahí que la dejas. Ellos te hacen un seguimiento de por donde pasa la novela y quien la lee. El caso es que a mí esta historia me ha parecido interesante, pese a que vaya contra los principios de un escritor que espera conseguir dinero, y de esta manera he liberado una de Cádiz. A ver qué es de su vida. De momento no sé nada...a ver si llega a las manos de Elsa Pataky.

Y esto del Bookcrossing puede parecer muy gracioso. Lo que no fue nada gracioso fue lo que pasó en las calles de Madrid el 12 de octubre. Era el homenaje a las fuerzas armadas, esa asociación sin animo de lucro, que desde hace cientos de años, cuando tu y yo estamos tomando cañas, yendo al cine y estando con nuestras familias y amigos, ellos están en paises lejanos con un cuchillo entre los dientes, durmiendo en sacos de dormir y comiendo fabada de las FAS (Fuerzas Armadas). Además del acto en cuestión, había un homenaje a los caidos y había un presidente de gobierno. Fue bochornoso el espectáculo que cierta parte del público ofreció.
Triste espectáculo el que se ofreció cuando en el homenaje a los muertos de hoy, de ayer y de siempre, eran los gritos y los abucheos lo que imperaban. Se podían escribir 234 páginas o más sobre los beneficios que reporta a una nación en pleno siglo XXI hacer uso de la "libertad de expresión", pero en ninguna de las mismas tendría cabida las palabras "hacer el indio". ¡¡España: hay unas veces que me das tanta pena!!

Pero bueno, lo mío es comentar, más que enseñar educación. Yo enseño, pero simplemente enseño PER y no está en mi terreno lo que incumbe a modales. Me quedo con lo que nos enseñaron los mineros chilenos. Nos enseñaron a lo que es apreciar la vida. Señores y señoras, esto dura muy poquito, aunque a algunos les parezca una eternidad. Vamos a disfrutarlo.

Y en cuestión de disfrutar, ya he dicho que lo mío, aparte de unos cuantos detalles más, es...la siesta. Con alegría he podido descubrir que se ha convocado ¡¡¡El primer concurso nacional de siesta!!!!, ¡¡¡pero si yo ahí puedo ser un campeón!!!. La siesta es un privilegio y un deber y así yo desde el 83 llevo entrenando día a día, e incluso elementos hostiles a mis actitudes siestiles me han castigado por mi querencia. Recuedo así que en mis comienzos, en el 84, todo un capitán me metió un puro por sobar tras la comida en mi piltra de la Escuela Naval Militar. Yo no sé si tamaña gesta quedó reflejada en su hoja de servicios, pero a mí me costó todo un fin de semana sin salir de aquella tediosa Escuela. Seguramente me quedaría escuchando a Canovas, Adolfo, Rodrigo y Guzmán.

Pero bueno, no hablemos de música, pero si de baretos. Está chulo uno que está en la calle Apodaca (quizás el numero 4) y se llama diablos azules. Buscalo en FB, te haces amigo y te mandan lo que allí hacen, que va desde la literatura hasta la música. Suerte.

Y eso es todo. A ver si te toca el cupon de la once esta semana
Besos y abrazotes
Santi

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