miércoles, 16 de marzo de 2016

El disputado voto de la abuela...

En algún lugar de España. Mayo 2016.

- Pues así se hace el gazpacho, sólo resta servirlo frío y ya está. Es importante elegir unos buenos tomates.
- Para tomates, abuela, el que se está montando con esto de las elecciones. ¿Tú vas a votar?
Y la abuela, se dirigió entonces a la nevera. Abrió un botellín, sirvió la cerveza en una jarrita, y luego se sentó en una de las sillas de la mesa de  la cocina.
- ¿Te cuento una historia, Carlitos? Una historia como las del "cuéntame"
Carlitos entonces dejó de juguetear con el móvil,  se sentó y se puso a escucharla. Le gustaba escuchar las historias de la abuela.
- Cuéntame esa historia, por favor.

La abuela se quitó las gafas, y comenzó con su narración:
- En esto del votar, yo soy de las que ganan siempre, de las de "caballo ganador", y te contaré por qué. Es una historia por todos conocida....

- En aquellas primeras elecciones de la democracia, opté por aquel joven apuesto que prometía el cielo con buenas palabras y buenos modos, que parecía preparado y que caminaba por el Centro de la política.
- ¿Felipe González?
-  No, no, ese llegó después. Me refiero a Adolfo Suárez. Le voté y resultó ganador. Duró unos pocos de años el de Cebreros. Se desgastó en el poder, y mucha culpa la tuvo el que antes has citado, pues Felipe y los suyos no le dieron tregua alguna. Felipe traía nuevos aires y nos convenció a muchos. Era la ilusión personificada. "Por el cambio" que se decía. Muchos le votamos y ganó. Ya te digo: en esto de la política, no es como en la primitiva, pues aquí siempre gano. Nunca político alguno consiguió tantos escaños. Gobernó con mayoría absoluta y nos metió en Europa entre otras cosas. Pero el tiempo pasó, y el prometedor político se fue desgastando igualmente, y tenías que haber leído los periódicos y ver las noticias en su final de etapa, allá por los mediados de los 90. Todo eran escándalos, chanchullos, cientos de casos de corrupción,...

- ¿Como ahora?

Los mismos collares con distintos perros.  El poder corrompe siempre y a unos cuantos de aquellos que gobernaban  les corrompió. Llámame veleta si quieres, pero en aquellas elecciones del 96, cansado de corruptelas, opté por los Populares.

- ¿De verdad?, ¿Votaste a Aznar?

- Al mismo, que viste y calza. Otro que prometía el oro y el moro y que convenció a muchos parroquianos. Salió elegido, pero sin mayoría absoluta. Aznar tuvo que pactar con los nacionalistas.

- ¿Los nacionalistas pactaron con los populares? Abuela, eso no me lo creo.

Pactaron y salió un gobierno. Y gobernaron unos cuantos años, hasta que llegaron a ser cansinos con su política interior y exterior, y por supuesto con sus corruptelas. Vinieron entonces las elecciones marcadas por el 11M y por otro que prometía de nombre Jose Luis. Más conocido como Zapatero.

- Sí, venga ya, y me vas a decir ahora que votaste también a Zapatero...

- Ya te digo: siempre me hartan los gobernantes y voté al de la oposición.  Ganó las elecciones. Zapatero. Parecía muy normalito, como muy corriente, de no haber roto nunca un plato, Y convenció.

- Pues sí que eres veleta, ¿No abuela?

- Ya te digo... Mira Carlitos: este país lo gobiernan los 4 millones de votantes que oscilan de un lado para otro y dan mayorías absolutas y relativas a diferentes partidos, y yo...soy una de ellas. Más que nada somos anti gobiernos mediocres.

- Solo falta que me digas que finalmente votaste a Rajoy.

- Tú lo has dicho. Por la razón de siempre: hastío con el que gobernaba. No hay colores, ni banderas, no hay otra explicación.

- ¿Y no te arrepientes?

- Sí, me arrepiento. Vuelven a salpicar de corrupción por doquier y son incapaces  de frenarla. Una corrupción creada por amistades dentro y fuera del partido, unos amigos que son desde la adolescencia, y que es consentida y florece dentro de sus filas. Están llenos de chanchullos, de favores, de silencios, y finalmente todos callan. En fin, que casi siempre me arrepiento de mi voto, pero pienso que es un voto necesario.

- Y entonces...¿A quien vas a votar?

- Pregunta muy importante la tuya, pero antes, mi querido nieto...¿A quien votarías tú?

- Si pudiera votar, a los de Podemos. Me gustan.

Fue en ese momento, cuando la abuela se puso las gafas y se levantó tranquilamente. Muy digna abrió la botella de "Cutty Shark", y se puso un whisky con 2 hielos. Lentamente caminó y se marchó hacia la terraza, pero antes de desaparecer, se giró y dijo a Carlitos:

- Carlitos: apuesta a caballo ganador, siempre a caballo ganador. En fin, el próximo día, en vez de mis querencias políticas, te cuento mis veraneos con el abuelo en Palamós. Eso sí que eran buenos tiempos.

Carlitos la miró y pensó que jamás había visto a la abuela tomarse un "pelotazo" a esas horas de la mañana. Se quedó Carlitos en la cocina, mientras desaparecía la abuela, y comenzó a leer tanquilamente los whatsapps. Pero antes de leerlos todos, se paró y dijo en voz baja:

Realmente, en esto del votar...qué rarita es la abuela. Y además...¿Quién puede conocer al caballo ganador?. Bueno, al menos el de Podemos tiene coleta...

Parece ser, según cuentan las crónicas, que en aquel momento se comenzó a escuchar, proveniente de la terraza, una vieja canción de Cecilia que interpretaba la abuela sin instrumentos, a capela, pero con mucho sentimiento: "Mi querida España, esta España mía, esta España nuestra..."







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